08 Oct Día de la Dislexia 2020
La dislexia es una condición de por vida, de origen neurobiológico y con un fuerte carácter hereditario. Afecta de manera persistente a la exactitud, fluidez y comprensión lectora. Es la dificultad de aprendizaje más común, afectando a un 10% de la población, (Asociación Internacional de Dislexia 2015). Casi 5 millones de españoles y 700.000 alumnos/as en nuestras aulas estarían padeciendo este problema de aprendizaje, de los que un gran porcentaje están sin diagnosticar y, por tanto, carecen de las medidas que podrían reducir el impacto en sus estudios. Aunque la dislexia afecta el aprendizaje, no tiene nada que ver con la inteligencia. Las personas que tienen esa condición son tan inteligentes como cualquiera. Muchas personas con dislexia tienen carreras exitosas, incluyendo a una larga lista de actores, empresarios y escritores.
Los niños/as con dislexia suelen tener una autoestima muy baja. Han pasado años intentando seguir el ritmo de la clase sin mucho éxito. Se les ha acusado de no esforzarse lo suficiente, y en la mayoría de los casos cuelgan con la etiqueta de flojos, vagos o tontos. En casa no han llevado los resultados deseados y si tienen hermanos, han podido ser comparados, tanto por la familia como por sí mismos. Algunos pediatras diagnostican cuadros de ansiedad, depresión, malestares estomacales y dolores de cabeza, a niños/as que han tenido una dislexia sin detectar.
Cuanto antes se sepa que no se trata de niños despistados ni perezosos y comprendan cuáles son sus dificultades y por qué tiene que hacer un gran esfuerzo para conseguir lo que lo demás hacen de forma natural, antes comenzarán a aceptar sus debilidades y a encontrar sus fortalezas.
A pesar de que el derecho de recibir una atención específica de acuerdo a la dificultad viene recogido en la Ley de Educación desde el año 2006, la realidad es que, hoy por hoy, en la mayoría de Comunidades Autónomas, NO existen protocolos de detección ni de intervención, y ni siquiera en el Consejo Escolar de Estado están representados los intereses de nuestro colectivo.
El derecho a una educación, a un aprendizaje en igualdad de oportunidades se ve constantemente vulnerado.
Hay mucho camino que recorrer y muchos obstáculos que superar, pero ellos y ellas se lo merecen y no vamos a cesar en exigir a los políticos, a las administraciones y a los organismos que las leyes existentes sean de obligado cumplimiento, que se cree un apartado específico para la dislexia y a nivel nacional para que ser disléxico en cualquier comunidad no suponga una desigualdad de oportunidades y que se otorguen becas como a otros colectivos para poder acceder a logopedas, psicólogos o pedagogos.
Se llama dislexia y es una dificultad del aprendizaje que no de impedir a llevar una vida académica, laboral y personal totalmente placentera. Hay que conocerla y hacerla ver a la sociedad para que no siga escondiéndose detrás de máscaras de inmadurez, torpeza o falta de esfuerzo. Se llama dislexia y ella sacará lo mejor de ti.